La investigación que derivó en la detención del jefe de la Policía Federal de Mendoza, Dino Rossignoli, sumó este viernes un nuevo capítulo en el ámbito de la PCN y los Tribunales Federales.

La Policía contra el Narcotráfico (PCN) desarrolló por la mañana una serie de allanamientos autorizados por el titular del Juzgado Federal Nº3 de la provincia, Marcelo Garnica, y detuvo a nueve sospechosos más, entre los que se encuentran un policía retirado, una contadora y un grupo de civiles vinculados directamente con los negociados en las cuevas del microcentro.

Después de las medidas, el juez Garnica les notificó la imputación al jefe de la policía federal y a los señalados líderes de la organización, Nicolás Bazán y su socio, Renzo González. Todos continuarán detenidos y podrían pasar a la cárcel en las próximas horas.

De acuerdo con fuentes de la causa, Rossignoli se encuentra acusado de cohecho y asociación ilícita y los dos jóvenes de 25 y 27 años como jefes de esta última calificación, debido a que eran ellos quienes lideraban todas las maniobras delictivas. También una contadora está sospechada de tener una participación en esa figura penal.

Rossignoli, fue detenido este miércoles en su domicilio ubicado en Godoy Cruz, sospechado de cobrar coimas para permitir la actividad ilegal de cambio de divisas en una serie de cuevas del microcentro. Inmediatamente, fue separado del cargo. Una serie de anotaciones en un libro secuestrado por los efectivos confirmó las sospechas.

La banda que acompaña al Jefe de la Policía Federal de Mendoza.

Luego fueron detenidos Ernesto y Nicolás Bazán, padre e hijo, respectivamente, quienes estaban bajo la mira de los investigadores desde hace varios meses por evasión fiscal, lavado de dinero, mercado negro de oro y hasta tráfico de estupefacientes.

La pesquisa determinó que los Bazán, propietarios de la red de joyerías céntricas Stefano Cannella y otras con otra razón social, mantuvieron contactos telefónicos y presenciales con Rossignoli para que le "liberaran" la zona a cambio de importantes sumas en dólares.

En tal sentido, fuentes policiales consideran que el responsable de la Delegación local de la PFA cobraba sumas de dinero a cambio de permitir la transacción ilegal de divisa extranjera en los locales que Bazán y sus socios utilizaban como pantalla.

Allanamiento, dinero y objetos encontrados

Los procedimientos realizados esta semana complicaron aún más a Rossignoli: en su despacho los detectives hallaron 21.560 dólares en una caja de seguridad, 31.020 pesos, dos teléfonos celulares, tres relojes y dos pulseras de joyería (que serán analizados para establecer si eran comercializados por Estefano Cannella), documentación de varias transacciones de automotores y una declaración jurada. Por su parte, en casa había 213.880 pesos, siete teléfonos celulares y un pen drive.

La investigación se profundizó luego de una serie de operativos que la PCN desarrolló el 6 de julio. Fueron 22 allanamientos en joyerías y bares relacionados con Ernesto y Nicolás Bazán, que poco tenían que ver con la actividad que mostraban.

Además de evasión fiscal, para los detectives, se trataba de una pantalla para la compra y venta de oro y cambio de moneda extranjera, lavado de dinero y hasta contrabando y narcotráfico. De esas medidas surgieron datos reveladores de encuentros entre Rossignoli y los Bazán.