No tiene 34 años como trascendió en un primer momento. Nació el 25 de mayo de 1958. Su nombre real es Seong Jin Kim y está detenido desde el lunes por la madrugada a la espera y este martes fue imputado por femicidio.

Este surcoreano quedó en la mira de los investigadores luego del asesinato de su novia, la también surcoreana Yoo Kyungja, de 49 años, en una finca llamada Los Nogales, en el distrito de Nueva California, San Martín.

Kim intentó suicidarse ingiriendo un herbicida (agroquímico para la eliminación de hierbas y arbustos) luego de confesarle a un conocido de la misma comunidad, integrada por 35 hombres y mujeres de la misma nacionalidad, que había matado la mujer el viernes por la tarde en un lugar de encuentro o meditación del predio ubicado en calles Sullivan y Onetto.

La fiscalía, a cargo de Oscar Sívori, cuenta una serie de pruebas testimoniales y técnicas que complican al surcoreano.

Primero los testigos dijeron ante policías y luego en el expediente que el hombre de 64 años habría matado a la mujer con sus manos porque se había negado a mantener un encuentro íntimo con él.

En un castellano muy limitado, Kim gesticuló y repitió a los investigadores que llegaron al Hospital Perrupato, luego de que los médicos le salvaran la vida tras el intento de suicidio, palabras como “no sexo, no sexo”, que llevaron a concluir que la víctima había intentado evitar cualquier tipo de encuentro sexual en uno de los sectores de la finca.

Además de los declarantes, los detectives secuestraron las imágenes que registraron las cámaras del circuito cerrado de la propiedad. Fuentes policiales detallaron a El Sol que se observa al asiático atacar a Kyungja mientras se encontraba durmiendo. La despertó y luego se lanzó sobre ella con sus piernas. Todo ocurrió el viernes por la tarde.

El hombre utilizó sus manos para asfixiar a la mujer. Toda la secuencia duró unos diez minutos. Luego cargó el cadáver y lo trasladó hacia el oeste de la finca. Allí lo enterró.

El mismo Kim habló con un amigo de la comunidad, cuando sus integrantes buscaban a la mujer, y admitió que cometió el crimen.

Cuando dieron aviso a la policía, el sospechoso ingirió glifosato. En un auto particular fue trasladado hasta el nosocomio y quedó alojado en sala común –habitación 83, cama 1-, fuera de peligro.

Así las cosas, el fiscal Sívori lo imputó por femicidio, que prevé prisión perpetua como única pena en caso de ser hallado culpable o admita la autoría del hecho en un juicio abreviado. Fuente: El Sol on line.