Voluntarias del Saporiti de Rivadavia: Décadas de amor y entrega en cada pasillo

Departamentales15 de abril de 2025 Por Diario Diez
No llevan guardapolvos blancos ni estetoscopios al cuello, pero son parte esencial del alma del hospital. Llegan con una sonrisa, un gesto amable, una palabra oportuna.Son las Voluntarias del Hospital Saporiti. Mujeres que hace años decidieron hacer del dar una forma de vida. Y vaya si lo hacen con estilo.

No llevan guardapolvos blancos ni estetoscopios al cuello, pero son parte esencial del alma del hospital. Llegan con una sonrisa, un gesto amable, una palabra oportuna. Esta vez, además, traen ramitos de olivo en las manos… y en el corazón.

Son las Voluntarias del Hospital Saporiti. Mujeres que hace años —muchos años— decidieron hacer del dar una forma de vida. Y vaya si lo hacen con estilo.

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Van de habitación en habitación repartiendo pequeñas ramas bendecidas, como si fueran chispitas de esperanza. En cada entrega hay un momento, una mirada, una emoción que se cruza sin necesidad de palabras. “Gracias”, dicen las familias. “Fuerza”, dicen ellas, mientras se despiden con un apretón de manos o una caricia en el hombro.

Hay algo en ellas que calma, que abriga. Quizás sea la serenidad de quien ha aprendido a escuchar sin juzgar. O la sabiduría de quien ha estado ahí muchas veces, viendo el dolor de cerca y respondiendo siempre con ternura.

Las Voluntarias no buscan aplausos. Pero merecen todos. Porque su paso deja huellas invisibles que alivian. 

Gracias, Voluntarias.
Gracias por ser ese puente invisible entre el dolor y la esperanza, por caminar cada pasillo con ternura, por escuchar, por abrazar, por sostener.
Como canta Mercedes Sosa,
"Y uniré las puntas de un mismo lazo / y me iré tranquila, me iré despacio / y te daré todo y me darás algo / algo que me alivie un poco más..."
Ellas vienen a ofrecer su corazón.

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