La fractura de Rodrigo Aliendro conmovió al plantel tanto o más que la derrota con Boca. Porque además de infrecuente, la desafortunada lesión precipitó el final de la temporada para uno de los últimos refuerzos del semestre. Y por eso en River quisieron estar a su lado en un momento tan delicado.

Marcelo Gallardo y el vicepresidente Matías Patanian, entre otros, fueron a visitarlo este lunes al sanatorio Finochietto un rato antes de que ingresara al quirófano para ser intervenido por cirujanos expertos en cirugía maxilofaciales de la fractura órbitocigomática que le provocó el involuntario rodillazo en la cara de Alan Varela apenas un ratito después de que saltara a la cancha a jugar su primer superclásico en la Bombonera.

Con el piso de la órbita fracturado y el malar -hueso de la mejilla- y el lateral de la nariz hundidos, al volante de 31 años le fijaron las estructuras con microplacas de titanio y microtornillos, que hicieron de nexo entre la parte dañada y la sana. Así, le redujeron la fractura y le pusieron los huesos en su lugar luego de estar dos horas y media en el quirófano.

Antibióticos, antiinflamatorios y reposo absoluto para combatir la inflamación y el dolor hasta recibir el alta médica en 48 ó 72 horas: esas fueron las indicaciones médicas posteriores para el futbolista, que ya empezó una recuperación que le demandará entre dos y tres meses y que lo alejará de la competencia casi con seguridad hasta el 2023.

“Los huesos de esta zona son muy finos, apenas más fuertes que una cáscara de huevo”, fue la explicación de un especialista a Olé, que explicó que cualquier impacto, incluso hasta el de una pelota, podría refracturarle la cara y provocar un problema aún más severo. Por esa razón el ex futbolista de Chacarita, Ituzaingó, Atlético Tucumán y Colón ahora deberá descansar y mantener un reposo deportivo hasta que la fractura esté definitivamente soldada y la tremenda imagen del domingo, en la que se lo vio con la cara desfigurada y ensangrentada, pase a ser sólo un triste recuerdo.

A Aliendro, el cuarto jugador del ciclo Gallardo que sufrió una fractura luego de Javier Pinola, Enzo Pérez y Ricardo Rojas, curiosamente lo acompañaron los fuertes golpes desde su llegada a River. Aunque el de su debut en la cabeza, que también lo dejó internado, fue una caricia al lado del actual.

Fuente: Olé