A Francisco le gusta jugar al fútbol y, cuentas mediantes, espera vestir la camiseta de la Selección para el Mundial 2034. Tal es su determinación de convertirse en un futbolista profesional que, a pesar de tener 7 años, ya cuenta con 4 de experiencia dentro de las canchas. Su posición suele ser de 2 o de 5, lejos a los flashees y aplausos que usualmente se lleva quien tiene estampado en su espalda el 10. Durante el Mundial, quedó encantado con el juego del defensor Cristian Cuti Romero, Leandro Paredes o Nicolás Otamendi. 

Con solo con tres años comenzó a entrenarse en el club Eliseo Ortiz, de Las Catitas, lugar donde vive con su familia. La destreza de Francisco fue advertida por sus padres que se encontraban en la búsqueda de un nuevo club para que el pequeño pudiese aprender nuevas técnicas. Fue así que, a través de Instagram, supieron que la Academia del Barcelona iba a dictar un entrenamiento intensivo en Junín durante febrero. 

"Nosotros veíamos que él estaba interesado en algo más y empezamos a ver podíamos llevarlo a entrenar San Martín, pero con nuestros trabajos no nos daba el tiempo. Ahí es cuando mi esposa se entera en las redes sociales que venían del Barcelona y lo anotamos", así Leo, padre de Francisco, narró el inicio de esta aventura. 

A pesar de los temores que guardaban, Francisco tuvo un buen desempeño en la clínica. "Ibamos con otras expectativas, pensamos que lo iban a superar físicamente o técnicamente. Empezó algo tímido, después se soltó y empezó a jugar como a él le gusta", señaló este orgulloso padre. Lo demostrado por el pequeño brindó sus frutos y quedó seleccionado para viajar a España a continuar su perfeccionamiento. Algo que solo dos niños por categoría lo lograrían. 

Conociendo este último detalle, Leo contó que, durante su pasaje por la academia, Francisco incluso pidió ir al banco para darle la oportunidad a sus compañeros de jugar: "A pesar de su posición -defensiva-, es un niño muy bueno y solidario".

Sin embargo, este viaje tiene un costo y su familia se encuentra realizando sorteos, bingos y campañas para poder reunir el dinero. "Este fin de semana sorteamos un lechón y el 5 de marzo otro. Hacemos empanadas para vender y también haremos un bingo en el club en el que juega", detalló el hombre. 

Y es que, el reloj corre ya que solo hay tiempo hasta el 28 de marzo para conseguir el monto necesario para los pasajes y la estadía. "Cuando le contamos que estaba la posibilidad de viajar a Barcelona, él se emocionó pero nos dijo que si no juntamos la plata no importaba. A veces nos pregunta cómo vamos a hacer para devolverle el dinero a la gente que ha colaborado. Tiene un corazón gigante", contó el padre muy emocionado destacando los valores de su pequeño. Fuente Mdz