¡Imperdible! El árbol que se desviste y sorprende en Ñacuñán
En el corazón de la Reserva de Biósfera Ñacuñán, en el departamento de Santa Rosa, la naturaleza nos regala un espectáculo único protagonizado por el Chañar (Geoffroea decorticans), un árbol cuya singularidad no deja de sorprender a quienes tienen el privilegio de contemplarlo.
Con sus aproximadamente 10 metros de altura, esta especie arbórea se posiciona como una de las más abundantes en esta reserva de gran valor ecológico.
Lo que destaca al Chañar y lo hace fácilmente reconocible es su característica de "árbol que se desviste". Aunque en un primer vistazo pueda parecer un árbol común, su particular comportamiento captura la atención de quienes lo observan detenidamente. Durante ciertas épocas del año, el Chañar arroja sus hojas, quedando sus ramas desnudas y ofreciendo una imagen sorprendente y casi surrealista para aquellos acostumbrados a los bosques y su exuberante verdor. Sin embargo, este proceso no es símbolo de debilidad, sino una adaptación natural del árbol a las condiciones de su entorno.
Pero la peculiaridad del Chañar no termina ahí. Su tallo, de un inusual color verde intenso, cumple una función vital en la fotosíntesis del árbol. A diferencia de la mayoría de las especies arbóreas que utilizan las hojas para llevar a cabo este proceso, el Chañar ha evolucionado para realizarlo a través de su llamativo tronco, confiriéndole así una apariencia única y distintiva.
Estas imágenes asombrosas del Chañar han sido compartidas por los Guardaparques de la Reserva de Biósfera Ñacuñán, quienes, emocionados por la riqueza natural que protegen, comparten con el mundo estas maravillas de la flora local. Estas fotografías muestran la majestuosidad de estos árboles, algunos de ellos solitarios y otros en pequeños grupos, creando un paisaje pintoresco y lleno de encanto.
El equipo de Guardaparques trabaja arduamente para preservar y proteger el hábitat de especies como el Chañar y el Algarrobo, asegurando que futuras generaciones también puedan disfrutar de la belleza y la diversidad de la Reserva.
Si tiene la oportunidad de visitar la Reserva en Ñacuñán, no deje de contemplar la belleza y el misterio del Chañar, un árbol que se desviste para recordarnos lo extraordinaria que es la naturaleza y cuánto tenemos que aprender de ella.