En la mañana de este viernes, el Aeropuerto Jorge Newbery de Buenos Aires se vio sumido en el caos después de que una amenaza de bomba afectara significativamente el desarrollo de las operaciones comerciales. Las autoridades tomaron medidas inmediatas, lo que resultó en la suspensión de prácticamente todas las actividades en el aeropuerto.

Según informes de La Nación, que citaron fuentes de Aeropuertos Argentina 2000, la amenaza de bomba se hizo a través del chat de la empresa y estaba dirigida a cuatro vuelos con destino a Mendoza. Estos vuelos eran operados por distintas aerolíneas, incluyendo Flybondi, Aerolíneas Argentinas y Jet Smart.

La respuesta a la amenaza incluyó la evacuación de los pasajeros que estaban a punto de abordar los aviones. Sin embargo, cabe destacar que no se ordenó el desalojo completo del edificio del aeropuerto, lo que generó críticas y preocupación entre los viajeros.

Uno de los testimonios más destacados fue el de Clara Ceschín, conductora de Canal 7, quien se encontraba en el aeropuerto preparándose para abordar un vuelo con destino a Mendoza en el momento de la amenaza. En una entrevista con Radio Nihuil, Ceschín compartió su experiencia, afirmando que, cerca de las 9:30 de la mañana, se les informó a los pasajeros que debían bajar de las aeronaves debido a la amenaza de bomba. Lo que más le sorprendió fue que, a pesar de la amenaza, los pasajeros no fueron desalojados del edificio del aeropuerto. Según su relato, no se siguieron los protocolos habituales en situaciones de este tipo. La gente en el aeropuerto continuó con sus actividades normales, como comprar en tiendas o tomar café, mientras que los pasajeros esperaban en las salas de embarque. Después de una hora y media de espera sin recibir información actualizada, se les pidió nuevamente la documentación a los pasajeros y se les permitió subir a los aviones.

La Policía de Seguridad Aeroportuaria estuvo a cargo del operativo, y se contó con la participación de la Brigada de Explosivos para investigar y abordar la amenaza.

Esta situación se produce pocos días después de que otra persona fuera detenida por realizar llamadas amenazantes en un contexto similar. Las autoridades continúan investigando estos incidentes para garantizar la seguridad de los viajeros y la normalidad en el aeropuerto.