El inicio de la gestión de Javier Milei ha estado marcado por un sorprendente superávit fiscal en enero, desafiando las expectativas y generando un optimismo momentáneo en los mercados. Sin embargo, este logro temprano también ha elevado la presión sobre el presidente y su equipo económico, quienes insisten en que el déficit cero es "innegociable".

A medida que los inversores se entusiasman con la posibilidad de un equilibrio fiscal sostenible, surgen interrogantes sobre la capacidad de Milei para mantener la estabilidad en medio de la resistencia de los gobernadores. La confrontación, especialmente con Chubut, no se trata solo de cifras presupuestarias, sino de la batalla sobre quién soportará el peso del ajuste necesario.

La reciente aprobación del aumento para los jubilados en marzo sugiere que este segmento dejará de ser la principal variable de ajuste, pero ¿qué sucede con las provincias? La "licuadora" que el Gobierno utilizó al principio del año ya no tiene el mismo impacto, y la eliminación de las transferencias discrecionales a las provincias se presenta como uno de los principales desafíos de la "motosierra" de Milei.

El "caso Chubut" se convierte en un símbolo de la resistencia provincial al ajuste, exponiendo las tensiones más profundas en la estrategia de Milei. La advertencia de Gita Gopinath del FMI, respaldando el equilibrio fiscal pero pidiendo que no afecte desproporcionadamente a ciertos sectores, plantea un desafío adicional.

Las redes sociales se han convertido en el campo de batalla, con Milei respondiendo a las críticas y resistencias con su estilo característico. Sin embargo, la rebelión de los gobernadores, que incluye figuras del PRO, deja a Milei en una posición más aislada y complica la búsqueda de apoyo legislativo para sus propuestas.

El desafío no solo es mantener la estabilidad fiscal, sino también construir alianzas políticas que respalden la visión de Milei. La incertidumbre persiste sobre si el Gobierno podrá cumplir con el equilibrio fiscal, y la pregunta crucial es si la paz cambiaria se mantendrá en este contexto político turbulento.

A medida que Milei avanza con su "motosierra" contra la política y busca achicar el gasto público, el país observa con atención para ver si el presidente puede sostener el delicado equilibrio entre estabilidad fiscal y resistencia política. El futuro de la economía argentina parece depender de la habilidad de Milei para navegar este complejo escenario político.