Como cada año, los fieles se reunieron en la Parroquia Santa Rosa de Lima para rendir homenaje a la primera santa de América. La jornada comenzó a las 16:30 horas con el rezo del Santo Rosario, un momento de recogimiento y oración compartida que preparó el espíritu para la Santa Misa que se celebró a las 17:00 horas.

La ceremonia estuvo presidida por Monseñor Marcelo Colombo, quien en su homilía destacó el papel fundamental de Santa Rosa de Lima en la historia religiosa y su legado de entrega y sacrificio por la fe. 

Colombo invitó a los presentes a seguir el ejemplo de la Santa: “No podemos ser cristianos a medias. Santa Rosa de Lima nos enseña que hay que entregarse por completo y luchar por lo que queremos”. 

Estas palabras resonaron en el corazón de los fieles, quienes vieron en ellas una llamada a la acción y al compromiso con su fe.

Al finalizar la misa, el Padre Marcelo Castro, párroco de la localidad, dio la grata noticia de que la tradicional procesión sí se realizaría, tal como esperaba la comunidad. 

Con alegría y devoción, los presentes se organizaron para acompañar la imagen de Santa Rosa de Lima en su recorrido por las calles de la Villa Cabecera. La procesión, que rodeó la plaza 25 de Mayo, estuvo cargada de emotividad. 

Los fieles caminaron junto a la imagen de la Patrona, elevando sus oraciones y agradecimientos, y pidiendo su protección. Las calles se llenaron de fe y esperanza, con familias enteras participando del recorrido, todos unidos por un mismo sentir: la devoción a Santa Rosa de Lima.

Este encuentro no solo fue una manifestación religiosa, sino también una oportunidad para reafirmar los lazos comunitarios y mantener vivas las tradiciones que unen a Santa Rosa. 

La participación activa de los vecinos, junto con el apoyo de las autoridades eclesiásticas y municipales, garantizó el éxito de esta celebración, que es un pilar fundamental en la vida espiritual del departamento.

Así, una vez más, Santa Rosa de Lima fue homenajeada con el fervor y la fe que caracterizan a su comunidad, en una jornada donde la devoción se sintió en cada rincón del departamento.