El iceberg más grande del mundo se desprendió de la Antártida
El iceberg más grande y antiguo del planeta, conocido como A23a, se separó del vórtice marino que lo mantenía retenido cerca de las Islas Orcadas del Sur, en un archipiélago antártico. Este gigantesco bloque de hielo tiene un peso aproximado de casi un billón de toneladas y una extensión de 3.600 kilómetros cuadrados.
Su masa es impresionante: más de 20 veces la superficie de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires (CABA). Aunque en su mayoría se encuentra sumergido, el iceberg destaca por su volumen, el cual representa apenas el 10% visible. "Lo que vemos es solo la punta del iceberg", explicó Lucas Ruiz, glaciólogo del Conicet, destacando que su volumen total está mucho más allá de lo que se puede observar.
Este témpano, que se mantuvo varado en el Mar de Weddell durante más de tres décadas, comenzó a moverse lentamente hacia el norte en 2020. Sin embargo, no fue hasta 2023 cuando el iceberg logró liberarse de la columna de Taylor, un fenómeno oceanográfico que lo mantenía atrapado en una dinámica circular que retrasaba su deriva hacia aguas más cálidas.
¿El iceberg A23a se desprendió por el calentamiento global?
El calentamiento global está afectando al iceberg A23a, que muestra signos claros de deterioro. Las temperaturas elevadas, tanto del aire como de las aguas superficiales, están erosionando sus bordes, mientras que su núcleo se mantiene en mejor estado.
Su enorme volumen, que en su momento fue impresionante, se va reduciendo conforme se desplaza hacia áreas más cálidas fuera de la Antártida, un trayecto que, según los especialistas, acelerará su fragmentación.
Hacia dónde se dirige el iceberg más grande del mundo
El deshielo de este iceberg, aunque no se puede evitar, traerá consigo consecuencias tanto ecológicas como oceanográficas. Al igual que otros témpanos en el Mar de Weddell, es probable que A23a sea desplazado por la Corriente Circumpolar Antártica hacia el Atlántico Sur, transitando por la ruta comúnmente conocida como el "callejón de los icebergs".
Lo más probable es que su trayectoria lo lleve hacia la isla subantártica de Georgia del Sur, donde se desintegrará en pedazos más pequeños que finalmente se fundirán.
El ejemplo de A23a no solo ilustra la intrigante interacción de los icebergs con el océano, sino que también subraya cómo el cambio climático afecta a estos colosos de hielo. Mientras los investigadores siguen su recorrido y proceso de deterioro, A23a se convierte en una prueba tangible de las repercusiones de la acción humana sobre el clima y sus consecuencias en los ecosistemas de las regiones polares.
Una historia que comenzó en 1986
A23a es una porción restante del iceberg A23, que se separó en 1986 de la plataforma de hielo Filchner en la región antártica.
El iceberg original se desintegró en tres secciones, siendo A23a la más extensa. Durante más de 30 años, permaneció atrapado en el fondo marino del Mar de Weddell, donde sus capas de hielo, con un grosor de hasta 400 metros, soportaron los efectos del paso del tiempo.
En 2020, comenzó su desplazamiento gradual hacia el norte, pero fue en 2023 cuando finalmente logró liberarse de la corriente oceánica denominada Columna de Taylor, que lo mantenía girando en su lugar.