A 500 días del inicio del ajuste y la desinversión en obra pública por parte del gobierno nacional, intendentes e intendentas de todo el país se reunieron para conmemorar una fecha que, lejos de ser simbólica, refleja una profunda preocupación por el presente y futuro de los territorios que representan.

En el caso de Santa Rosa, la falta de inversión nacional se tradujo en la paralización de obras fundamentales para mejorar la calidad de vida de las y los vecinos. Entre ellas, el primer Polo Educativo del departamento, la construcción de 76 viviendas con urbanización completa y el asfaltado de tres barrios enteros.

No se trataba solo de infraestructura: cada una de estas obras implicaba también generación de empleo local, dinamización de la economía y proyección de futuro. La ausencia del Estado nacional en este aspecto ha significado una pérdida concreta de oportunidades para cientos de santarrosinos.

A pesar de este escenario adverso, desde la gestión municipal se tomó la firme decisión de avanzar con los recursos disponibles. Un ejemplo claro es la planta de transferencia, una obra que también había quedado relegada, pero que fue concluida con fondos propios porque era una necesidad urgente de la comunidad.

"Todo lo que podamos avanzar y concluir, lo haremos gracias a una administración ordenada y prolija de los recursos", señalaron desde el ejecutivo municipal, reafirmando el compromiso de continuar trabajando con responsabilidad, creatividad y cercanía, incluso en contextos difíciles.