En Villa Mercedes, hay un rincón donde la solidaridad no tiene horarios y el amor se cocina a fuego lento. Se llama Lorena IP que nació con la Agrupacion Impronta, pero para quienes encuentran aquí un plato caliente y una palabra de aliento, es mucho más que un comedor: es un hogar sin paredes, una caricia en tiempos difíciles, un abrazo servido en una vianda.

Nació en plena pandemia, en marzo de 2020, cuando el miedo y la incertidumbre eran moneda corriente. En ese contexto, un grupo de corazones inquietos decidió que nadie debía pasar hambre. Desde entonces, cada sábado al mediodía, cientos de familias reciben su comida con el mismo ingrediente infaltable: el amor.

Yamila Andrada, una de las referentes de este milagro hecho esfuerzo, confiesa que sin el apoyo del intendente Maxi Frontera, nada de esto sería posible. “Él siempre estuvo, siempre nos ayudó”, dice con gratitud en los ojos.

Han pasado cinco años y Lorena IP sigue en pie, más fuerte que nunca. Aquí no solo se sirve comida, se alimentan almas. Cada vianda lleva el esfuerzo de quienes cortan, revuelven, cocinan, empaquetan, entregan… Pero, sobre todo, de quienes sienten. Porque en este lugar, cada porción es un acto de amor, un mensaje silencioso que dice: "No estás solo, estamos con vos."

Las historias que transitan por estas mesas son muchas. Están las madres que hacen fila con sus hijos de la mano, los abuelos que agradecen con lágrimas, los jóvenes voluntarios que entienden que la verdadera riqueza está en dar. Aquí, un "gracias" puede más que mil palabras y una sonrisa es el mejor pago.

Los sábados en Villa Mercedes tienen un aroma especial. Es el olor del pan caliente, del guiso humeante, pero sobre todo, el perfume inconfundible de la solidaridad. En Lorena IP, nadie se va con las manos vacías. Porque además de comida, aquí se entrega lo más valioso: esperanza.