Luis Nilo González, histórico pronosticador del tiempo en la televisión mendocina y referente de la meteorología aplicada al agro, falleció a los 90 años. Su partida deja un vacío enorme entre quienes, por décadas, lo siguieron religiosamente por la pantalla chica y confiaron en sus precisas predicciones climáticas.

Con 66 años de carrera y 42 de ellos en los canales 7 y 9 de Mendoza, González fue mucho más que “el hombre del tiempo”: fue una voz de autoridad, conocimiento y cercanía. Su estilo claro, didáctico y sin artilugios técnicos lo convirtió en un personaje entrañable, que ingresaba a los hogares con la familiaridad de un vecino sabio.

El meteorólogo de la pizarra y la tiza

Durante los años del blanco y negro, y también en la era del color, aparecía con su mapa de Mendoza y una tiza oscura que guardaba en el bolsillo del saco. Con esos dos elementos esenciales trazaba las máximas, mínimas y condiciones del clima con una precisión admirable. Terminaba cada emisión borrando con cuidado su pizarra, listo para el día siguiente.

Nilo —como lo llamaban todos— no necesitaba apuntes: hablaba con propiedad y pasión, como quien no solo sabe, sino que ama lo que hace. Esa manera llana y profunda de comunicar hizo que sus advertencias fueran tomadas muy en serio, especialmente cuando se avecinaban fenómenos como el viento Zonda, las tormentas o las heladas.

La meteorología como vocación de vida

Luis Nilo González no solo fue una figura de los medios. En sus últimos años, y ya fuera del circuito televisivo, se dedicó a asesorar a productores agrícolas, bodegueros y viñateros. Su trabajo fue clave para que el sector pudiese anticiparse a los fenómenos climáticos más perjudiciales para las cosechas.

Su casa en la esquina de Almirante Brown, en Godoy Cruz, fue también su centro de operaciones, repleto de mapas, estadísticas y cálculos. Allí, con la misma seriedad de siempre, siguió estudiando y compartiendo su saber.

“El señor del tiempo” que nunca cambió

La exposición mediática no lo transformó. Siempre fue el mismo: riguroso, amable, de voz grave y presencia serena. Para generaciones de mendocinos, era infaltable consultarlo antes de organizar un asado, planificar una vendimia o simplemente decidir cómo vestirse. Incluso popularizó el nombre alternativo del viento Zonda como "el viento de las Brujas", tal como se lo conoce en Europa.

Padre de cuatro hijos y abuelo de diez nietos, Luis Nilo González fue también un hombre de familia. Su última aparición pública fue hace tres años, tras ser víctima de un robo en su vivienda, episodio que conmocionó a muchos de sus seguidores.

Despedida

Luis Nilo González será velado este sábado de 18 a 21 y el domingo de 9.30 a 12 en el cementerio Parque de Descanso, en Guaymallén. A mediodía, recibirá sepultura.

Hoy, Mendoza despide a uno de sus referentes más queridos. Su legado no solo perdura en la memoria colectiva, sino también en cada mirada al cielo que aprendimos a hacer gracias a su voz.