Desafíos y Reflexiones en el Último Primer Día: Padres, Escuelas y una Noche de Celebración para Estudiantes de Quinto Año

Provincia y Nacion 26 de febrero de 2024 Por M I
El próximo miércoles, los estudiantes de quinto año del secundario en Mendoza se preparan para su Último Primer Día de clases (UPD), una tradición que, a lo largo de los años, ha evolucionado generando preocupaciones para padres y escuelas. Anticipándose a esta práctica, el Gobierno local ha cambiado su enfoque, buscando la colaboración entre familiares, instituciones educativas y alumnos para garantizar una celebración segura y responsable.

En años anteriores, el UPD ha llevado a los jóvenes a reunirse la noche previa en algún lugar para festejar antes de dirigirse a la escuela al día siguiente. Claudia Ferrari, subsecretaria de Educación de la provincia, destacó un cambio de paradigma por parte del Gobierno, reconociendo la inevitabilidad de esta práctica y optando por la contención en lugar de la prohibición.

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En colaboración con las escuelas, se han implementado estrategias para hablar con los estudiantes desde cuarto año, organizando actividades para la mañana del UPD y asegurando que ingresen a la escuela de manera controlada. El enfoque se centra en la integración de las familias con las instituciones educativas para convertir este evento en una experiencia más de la escuela.

La subsecretaria señaló que la recepción de esta nueva estrategia ha sido positiva, ya que permite a los alumnos disfrutar de su último primer día de clases sin excesos. La participación activa de los colegios, preceptores y docentes en este proceso garantiza que los jóvenes no estén solos durante la celebración, y se toman medidas inmediatas si se identifica a algún alumno en situación de riesgo.

La iniciativa también ha buscado la reflexión en lugar de la prohibición, involucrando a las familias para establecer límites y conscientizar a los jóvenes sobre las decisiones que toman. Esto, según Ferrari, ha llevado a una disminución de conflictos y ha permitido que los chicos ingresen a la escuela el día del UPD en lugar de ser excluidos.

El impacto del UPD no se limita solo a los estudiantes; los padres se ven involucrados en la organización de estas celebraciones, que en algunos casos han tomado proporciones similares a una fiesta de 15 o un cumpleaños de 18. La coordinación de más de 30 padres para alquilar salones, adquirir bebidas alcohólicas y gestionar otros aspectos logísticos puede generar estrés y tensiones.

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El costo financiero también es significativo, alcanzando más de $25,000 por estudiante. Este involucramiento de los padres, las discusiones y la dedicación de tiempo y energía plantean preguntas sobre la naturaleza y la sostenibilidad de estas celebraciones.

En última instancia, la nueva estrategia gubernamental busca equilibrar la diversión de los estudiantes en su último primer día con la responsabilidad y el cuidado, fomentando la integración entre la familia y la institución educativa para asegurar que este evento sea recordado de manera positiva y segura.

M I

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